Familia: Phytolaccaceae
Nativo de la Pampa Argentina y uruguaya
Tiene un tronco grueso muy desarrollado,
ensanchado en la base, semejando una pirámide, su copa globosa, se ramifica
desde el suelo. Es muy difícil calcular su edad por carecer su tronco de
anillos. Tiene un rápido crecimiento y no es atacada por insectos pues su sabia es toxica.
Hojas: Simples y acorazonadas, enteras y pecioladas tienen una
superficie lustrosa, que le da al árbol como un brillo si le da el sol. Suele
ser de hoja perenne, en un clima muy frio puede deshojarse parcialmente en
otoño
Flores en tono blanquecino se ordenan en
elegantes racimos que cuelgan que le dan mucha vistosidad en primavera
Fruto: el fruto carnoso es un baya primero verde, luego amarillento negruzca
que se utiliza para colorear y barnizar, son tóxicos y sus
semillas de color negro brillante
Su nombre, OMBÚ, corresponde a una voz guarani,
indica sombra, el nombre del genero
viene del griego phyton (planta, y de la voz laeca, del termino indio laek
(goma laca) debido al poder colorante de sus frutos, el nombre espécifico
dioica se refiere a que las flores de cada sexo se encuentra en un pie
diferente
Es uno de los árboles que se cultivan en nuestros
jardines procedentes, de Sudamérica. Argentina, Uruguay, Brasil, Perú. En sus
amplias regiones meridionales pueden llegar a los 30 m de altura y con una
majestuosa presencia pues se ramifica de forma ordenada desde muy abajo. No
necesita poda, únicamente las ramas que cuelgan al suelo, es de rápido
crecimiento bastante longeva y no suele ser ataca por las plagas
Podemos disfrutar de su esplendor cuando se
planta en espacios abiertos y se le deja espacio alrededor para que su “bella
sombra” muy tupida y densa pueda ser contemplada
Vive bastante y al hacerse viejo sus raíces
quedan al descubierto
Pese a las características de su madera es un
árbol de utilidad, ya que sirve con su amplia sombra como refugio para el
descanso ante jornadas calurosas, de ahí que se gano el nombre de amigo del
gaucho y también su respeto, su sombra también mantiene la humedad del suelo
Suelen desarrollarse ejemplares aislados, aunque
existen agrupaciones importantes en la Isla de los Ombúes, en el Cerro de
Arequita y el Bosque de Ombúes en Rocha (Uruguay)
No esta claro si es un árbol,. Un arbusto o una
hierba gigante, ya que su tallo tiene
caracteristicas herbaceas, muy húmeda, sin anillos, su madera es muy esponjosa
y blanda, no sirve para leña, ni en
carpinteria, contiene gan cantidad de agua lo que le permite vivir en entornos
secos
No debe plantarse cerca de edificaciones
Es susceptible a las bajas temperaturas
Se multiplica por semillas
Existe un libro titulado “A la sombra del Ombú” de Santa Montefiore "Alejandro Palomas", con muy buena critica por parte de los lectores
“En la inmensidad absoluta de la pampa argentina, la silueta de ombúses, yergue como un peregrino errante, sabio y orgulloso. Sus raíces se funden y expanden sobre la tierra como si buscaran aferrarse eternamente y declararle a todos que no existe ningún otro lugar en el mundo para ellas. Su madera fofa y gruesa acoge con delicadeza el juego de los niños, Para muchos es un árbol mágico. Pero como todas las cosas maravillosas de este universo, su verdadera magia no radica tanto en lo evidente, como en lo que los ojos y el corazón de algunos privilegiados son capaces de percibir oculto tras la apariencia. Aquel era el caso de Sofia a Solanas de O´dowyer, quien desde pequeña tuvo perfecta conciencia de este hecho. A la protectora figura del ombú había confiado sus sueños infantiles, sus primeros deseos, el comienzo de su gran amor, lamentablemente, también el inicio de su particular tragedia”
En Sevilla tenemos fantásticos ejemplares en el patio de la Cartuja, en los jardines del Alcázar en el paseo de las Delicias, en los jardines del Palacio de San Telmo y no muy lejos, en Dos Hermanas, en la Torre de Doña María, existe un ejemplar que cuentan tiene más de 500 años, dicen que su semilla fue traída en los viajes de Colón
Supera los 14 metros de perímetro, crece rodeado de otras plantas como palmeras datileras. Próxima existe una ermita
La hacienda al parecer albergo una alquería árabe, mas tarde fue reconstruida por Pedro I el Cruel y fue residencia de Dª María de Padilla, según la leyenda fue encerrada en una de sus torres
“En la inmensidad absoluta de la pampa argentina, la silueta de ombúses, yergue como un peregrino errante, sabio y orgulloso. Sus raíces se funden y expanden sobre la tierra como si buscaran aferrarse eternamente y declararle a todos que no existe ningún otro lugar en el mundo para ellas. Su madera fofa y gruesa acoge con delicadeza el juego de los niños, Para muchos es un árbol mágico. Pero como todas las cosas maravillosas de este universo, su verdadera magia no radica tanto en lo evidente, como en lo que los ojos y el corazón de algunos privilegiados son capaces de percibir oculto tras la apariencia. Aquel era el caso de Sofia a Solanas de O´dowyer, quien desde pequeña tuvo perfecta conciencia de este hecho. A la protectora figura del ombú había confiado sus sueños infantiles, sus primeros deseos, el comienzo de su gran amor, lamentablemente, también el inicio de su particular tragedia”
En Sevilla tenemos fantásticos ejemplares en el patio de la Cartuja, en los jardines del Alcázar en el paseo de las Delicias, en los jardines del Palacio de San Telmo y no muy lejos, en Dos Hermanas, en la Torre de Doña María, existe un ejemplar que cuentan tiene más de 500 años, dicen que su semilla fue traída en los viajes de Colón
Supera los 14 metros de perímetro, crece rodeado de otras plantas como palmeras datileras. Próxima existe una ermita
La hacienda al parecer albergo una alquería árabe, mas tarde fue reconstruida por Pedro I el Cruel y fue residencia de Dª María de Padilla, según la leyenda fue encerrada en una de sus torres
LA LEYENDA DEL OMBU.
Dios repartía sus dones a los árboles
y estos elegían los atributos de belleza
que deseaban.
-Yo quiero ser fuerte- dijo el "pardillo".
Y Dios lo hizo más duro que la piedra.
-Mi ideal es ser saludable- dijo el
"semeruco" y Dios lo complació.
Al "trigo" le concedió Dios la flexibilidad
del verso.
El "laurel" reclamó hojas oscuras y lustrosas.
El "naranjo" pidió frutos dulces.
El "cactus" pidió nudos y espinas y flores de
colores vivos.
Al "sauce llorón" le otorgó Dios la poesía.
El "limonero" reclamó uñas y frutos dorados...
Cuando le tocó el turno al "OMBU", Dios le
preguntó:
-¿Qué quieres ser tú?
Y él le respondió:
-Sombra para el descanso de los hombres.
-Todos tienen sombra -le dijo Dios-
¿Qué más quieres?
Corpulencia para ser índice en la vastedad
de la llanura, para que cuando me miren
sientan la emoción del hogar.
Quiero que mi leña sea débil, esponjosa y
frágil; que no resista ni un clavo ni un
ensamblaje, que se quiebre a la menor presión.
Que se vuelva polvo al contacto del sol y
de la luna.
Dios se quedó extrañado con los deseos
del ombú y le preguntó:
-¿Por qué no pides flores coloridas y
sabrosos frutos?
¿Por qué no quieres una madera fuerte
para fabricar la cuna del niño, el barco
para el viaje, el ataúd para el descanso
último?
-Padre, sé que una vez vino al mundo un
Hombre Bueno que predicaba el amor, la
justicia y el bien.
Los otros hombres lo persiguieron,
condenaron y sacrificaron en una cruz,
hecha con el dolor de algún hermano árbol.
Aún existen soñadores en la tierra.
Déjame contento concediéndome lo que te pido,
tendré la oportunidad de tener paz en mi
conciencia pensando que nunca contribuiré
al crimen de un justo.
(Adaptación libre de un texto de
Montiel Ballestero)
En medio de la diversidad, elegimos lo que
queremos ser.
La diversidad es riqueza.
Vive e invita a vivir respetando y
asumiendo las diferencias sin convertirlas
nunca en desigualdades.
Descubre y ayuda a descubrir el valor de la
fragilidad, de la delicadeza, de la sencillez.
Lo importante es que cada uno viva su ser
a plenitud.
Si no puedes ser pino en la cumbre de una
colina, sé arbusto en el valle,
pero sé el mejor arbusto al margen de la
acequia.
Sé ramo si no puedes ser árbol,
y si no puedes ser ramo, sé un poco de grama
y pinta de belleza y alegría algún camino.
Si no puedes ser carretera, sé sendero.
Si no puedes ser sol, sé una estrella.
"Lo importante no es el tamaño, la fuerza,
el brillo, sino la forma de vivir lo que
UNO ES ".
(Fundación Diakonia)
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